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El frente popular contra los republicanos.

 

Jesús Javier Corpas Mauleón

Historiador, ensayista y novelista.Encomienda de Caballero de Santiago-Marques de las Amarillas ,Cruz de Honor de los Veteranos de Fuerzas de Defensa Europeas, y Cruz de Plata de la Orden de San Lázaro (España).

 

 

Cuando se habla de las víctimas de la guerra civil se olvida, muchas veces intencionadamente, que varios millares de republicanos murieron a manos de miembros del Frente Popular en el gobierno, hoy llamado con el nombre de lo que precisamente destruyó. Muchos asesinados eran partidarios de la II República que aborrecían en lo que se había convertido, o bien ansiaban un régimen distinto de la monarquía y de la dictadura marxista que seba imponiendo , cayendo víctimas del sectarismo imperante, habiendo también quienes fueron ejecutados por orden de Stalin, verdadero presidente de aquella España. Otro muchos partidarios de la república salvaron la vida gracias a no encontrase en territorio “rojo” durante la guerra. En este artículo hablamos de algunos casos representativos, que indican que llamar “republicanos” a aquellos que gobernaban en España en el año 36, y que lo hicieron en la zona izquierdista hasta el 39, es totalmente inexacto.

 

Republicanos contra la II República.

Fueron muchos los militares que, habiéndola defendido, acabaron opuestos a la II República. El mismo Franco, que luchó por ella contra el golpe de estado de socialistas y separatistas en octubre de 1934, el 23 de junio de 1936 envió una carta al presidente Casares Quiroga, advirtiéndole que la deriva revolucionaria y terrorista, auspiciada desde el gobierno del Frente Popular, podía provocar un golpe militar. El presidente, quién había amenazado a Calvo Sotelo en una sesión de las Corte un mes antes, no le hizo caso. Cuando el jefe de la oposición fue asesinado (13 de Julio), por fuerzas de seguridad y personas cercanas al gobierno, Franco se adhirió al alzamiento (15 de julio) que preparaba Mola. Manuel Azaña escribió que “Franco no se sublevó contra la república sino contra la chusma que se había apoderado de la república”.

          Republicano fue Gonzalo Queipo de Llano, director general del Cuerpo de Carabineros y cuñado de Niceto Alcalá Zamora, primer presidente de la II república. Este general, jefe de la sublevación de 1936 en Sevilla, se alzó previamente a favor de la república en el intento de golpe de estado de Cuatro Vientos. El 15 de diciembre 1931, junto a Ramón Franco, hermano de Francisco intentó el derribo de Alfonso XIII. Fracasado el golpe, por la defección a última hora de la UGT, y el adelanto de los conjurados de Jaca, huyeron ambos militares a Portugal. Indultados por el primer gobierno republicano se reintegraron en el ejército, desengañándose con el régimen cuando ven la degradación de España. Se sumaron ambos al Alzamiento, llegando Queipo a capitán general de Sevilla y muriendo Franco en misión de combate en el mediterráneo. La hermana de éste, Pilar, sostiene que su avión fue saboteado por la masonería por haber abandonado dicha sociedad secreta.

          Agustín Muñoz Grandes fue un militar de confianza del primer gobierno republicano quien le encargó organizar la Guardia de Asalto, fundada por el régimen  para contrapesar la Guardia Civil ,que consideraban “monárquica”. De ideas republicanas y sociales, cuando el coronel Muñoz Grandes vio la deriva marxista y separatista del régimen se adhirió a la Falange. Apresado, y a punto de ser fusilado, fue canjeado pasando a zona Nacional.

          El único general de División Orgánica (como llamaba la II República a las Regiones Militares) que se sublevó fue Miguel Cabanellas Ferrer. Masón y republicano convencido, había sido cesado por el gobierno de Miguel Primo de Rivera participando en conspiraciones para derrocar a Alfonso XIII. Durante la II República fue nombrado jefe del ejército de África y general jefe de la División Orgánica de Andalucía, siendo también diputado por el Partido Republicano Radical. Desengañado con el Frente Popular, como general jefe de la División Orgánica de Aragón, se sublevó en Zaragoza.

           También Mola, desengañado con la monarquía durante su etapa como último Director General de Seguridad de aquel régimen, aceptó la república. Siendo “El Director” de la conspiración quería detener la situación de terror y destrucción de España dirigida desde el gobierno del Frente Popular. Solo aceptó sustituir la bandera de la II República por la roja y gualda, que representó a España durante monarquía y I República, por ser condición del carlismo para sumarse al Alzamiento Nacional y se adoptó ese cambio tres meses después del Alzamiento.

            Muchos de los políticos que trajeron la II República acabaron opuestos a aquel régimen. Así, los intelectuales de la Asociación por la Defensa de la República, Ortega y Gasset, Gregorio Marañón y Pérez de Ayala, cuando ya el 11 de mayo de 1931 las turbas queman las primeras iglesias y el gobierno evitaba la intervención de la Guardia Civil y los bomberos, muestran su decepción. Los tres huyeron de la II República integrándose después en el régimen de Franco. Antes, desde Portugal, Pérez de Ayala acusó a Alberti de haber provocado la muerte de Lorca radiando unos versos insultantes para los alzados escritos por el propio poeta comunista, pero atribuyéndolos al genio granadino. Este, protegido por los jefes de la Falange en Granada fue detenido tras la locución de Alberti por orden de un diputado de la CEDA.

           También Alejandro Lerroux, fundador del Partido Radical Republicano y de la Alianza Republicana y ex presidente del gobierno, terminó huyendo a Portugal y proclamando desde allí su adhesión al Alzamiento.

          Resumiendo, podemos decir que apoyaron el alzamiento cívico-militar del 18 de julio de 1936 el Partido Radical Republicano, Partido Liberal Demócrata, Alianza Republicana, Liga Regionalista, Renovación Española, Acción Popular, Coalición Española de Derechas Autónomas, Comunión Tradicionalista Carlista, Partido Agrario, Falange Española de las JONS, Partido Nacionalista Español y el Partido Nacionalista Vasco de Navarra y Álava además de los sindicatos falangistas, tradicionalistas y católicos, la iglesia católica ,la oficialidad más joven y preparada del ejército y una parte de la guardias Civil y de Asalto .

           El bando hoy llamado “republicano” lo integraron los estalinistas Partido Comunista y Partido Socialista Unificado de Cataluña ,los marxistas Partido Obrero de Unificación Marxista y Partido Socialista Obrero Español, los independentistas de la Esquerra Republicana de Cataluña, Bloque Gallego, Acción Nacionalista Vasca y las agrupaciones del Partido Nacionalista Vasco de Vizcaya y Guipúzcoa, así como Izquierda Republicana y los anarquistas de la Federación Anarquista Ibérica, junto a los sindicatos marxistas, anarquistas o independentistas ,los militares de mayor edad así como gran parte de la Guardia de Asalto y una más pequeña ,sobre todo altos mandos, de la Guardia Civil. Su ejército lo llamaron oficialmente “Ejército Popular Republicano” y popularmente “Ejército Rojo”, sustituyendo los emblemas, saludo y capellanes tradicionales del Ejército Español por la estrella roja de cinco puntas soviética, el saludo marxista con el puño cerrado en alto y los comisarios políticos, todo ello a imitación de la URSS.

 

Los “republicanos” asesinan a sus militares.

El 20 de julio las milicias del Frente Popular, junto con elementos de la policía y el ejército, nada más ocupar el cuartel de la Montaña, organizaron un baño de sangre en el patio asesinando a casi todos los prisioneros, en su mayoría militares y falangistas. Luego comenzaron la caza de cualquiera que no les pareciera suficientemente de izquierdas.

        El general Eduardo López Ochoa, masón y ferviente republicano, había alcanzado gran popularidad escribiendo el libro “De la Dictadura a la República“. El 18 de julio convalecía de una enfermedad en el hospital militar de Carabanchel. Las milicias de izquierda, que no le perdonaban su participación en la neutralización del golpe de estado que PSOE y ERC habían intentado en octubre del 34, asaltaron el hospital. Sacándolo de la cama lo asesinaron salvajemente cortándole la cabeza y paseándola en una pica por todo Madrid.

          El odio hacia el Ejército Español de los partidos que formaban el Frente Popular, hizo que sus milicianos terminasen asesinando en muchas ocasiones a militares que combatían en su bando.

          El coronel Ildefonso Puigdengolas Ponce de León fue un ferviente partidario del gobierno que, tras combatir a los sublevados en la capital y en Extremadura, parte hacia la sierra de Madrid, donde fue asesinado por componentes de su columna. Eso mismo le ocurrió al coronel Enrique del Castillo Miquel en el alto del León. Allí fue muerto por sus milicianos, quienes también dejaron mal herido a su hijo, capitán Enrique del Castillo Bravo. Otro republicano asesinado por sus tropas fue el teniente coronel Cuervo, en agosto de 1936. Tanto el general gubernamental Castelló como el ministro de gobernación del Frente Popular, Zugazagoitia, rechazaron la acusación de “tratos con el enemigo” lanzada por los milicianos que lo habían ejecutado.

          Otra ejecución sorprendente fue la del capitán Claudio Gil Alós. Este se opuso al alzamiento en Menorca por lo que fue encerrado en la fortaleza de La Mola. Cuando algunos sargentos apoyados por milicianos izquierdistas, se hicieron con el control de la isla, no lo liberaron. Este capitán republicano fue asesinado en la masacre de presos “nacionales” organizada por el brigada Marqués, adscrito al PSOE.

          El alférez Durán Garlito fue asesinado por milicianos mientras dirigía el fuego de una batería sobre el Alcázar de Toledo. Le acusaron de errar deliberadamente el tiro para no alcanzar a los defensores, aunque en este caso era cierto. Por el valor demostrado en estos hechos, que le costó la vida, le fue concedida la Cruz Laureada de San Fernando a título póstumo.

          Buenaventura Durruti era jefe de la columna anarquista de su mismo nombre y hermano del falangista Marciano Durruti. Primero militante de la UGT, se une luego a la CNT participando en varios atracos y en el asesinato del cardenal Juan Soldevilla, por lo que tiene que huir a Méjico. Indultado por el gobierno del Frente Popular, combate contra el alzamiento en Barcelona marchando después con su columna sobre Aragón donde colectiviza la tierra e implanta un régimen de terror. No solo asesinó católicos, centristas, derechistas o falangistas, sino que llegó a asesinar en Bujaraloz a las prostitutas que se habían sumado a su columna. Acudió después al frente de Madrid donde, en la calle Isaac Peral de la Ciudad Universitaria, a las 13 h del 19 de noviembre de 1936, una bala de sus propias filas lo mató. Anarquistas y trotskistas acusaron del crimen a los comunistas y estos a los segundos.

Pero hubo muchos más, algunos de los cuales citaremos en otros apartados de este artículo.

 

El Frente Popular a la caza del republicano

El Partido Republicano Liberal Demócrata es uno de los numerosos grupos republicanos desencantados con el régimen. La mayoría de sus miembros, apresados por las fuerzas del gobierno en 1936, fueron asesinados.

 

 

El más conocido es su presidente, Don Melquíades Álvarez, diputado y ex presidente de las Cortes, decano del colegio de abogados de Madrid y veterano republicano. El 23 de agosto, en la cárcel Modelo de Madrid y entre golpes e insultos, es fusilado junto con los ex diputados y ex ministros José Martínez de Velasco y Manuel Rico Abelló, y los falangistas Fernando Primo de Rivera y Julio Ruíz de Alda, este último héroe del vuelo Plus Ultra, o el diputado Albiñana, eminente intelectual y médico prestigioso, presidente del Partido Nacionalista Español.

En sucesivas jornadas continúan los asesinatos en esa prisión así como en las de Porlier o Ventas. En ésta son asesinados, entre muchos otros los intelectuales, Ramiro de Maeztu y Ramiro Ledesma Ramos. También se realizan ejecuciones en Boadilla del Monte, Rivas Vaciamadrid, Paracuellos del Jarama o el cementerio de Aravaca. En este último lugar se fusila a numerosos milicianos por desavenencias políticas o deserción. Manuel Muñoz, Director General de Seguridad y miembro de Izquierda Republicana y el comunista Santiago Carrillo, jefe de Orden Público de la Junta de Madrid dirigen los crímenes con la aprobación de la diputada socialista Margarita Nelken, responsable de orden público de la Dirección General de Seguridad, y el conocimiento de Largo Caballero, también socialista.

          Falange Española también es republicana. José Antonio ha proclamado que acogió el 14 de abril con esperanza de que sirviera para la renovación de España y que la monarquía era una institución “fenecida” y a la que define como “cáscara vacía“. Alfonso García Valdecasas, uno de los tres oradores del acto fundacional de Falange es un catedrático miembro de Intelectuales por la República. Los falangistas defienden la II República, colaborando contra el golpe de estado del 34, muriendo varios militantes en Asturias. El triunviro dirigente, José Antonio, Ruiz de Alda y Ramiro Ledesma encabezan una manifestación de apoyo al gobierno con una sola pancarta donde se lee ¡Viva España!. A partir de 1935, pero sobre todo desde la llegada al gobierno del Frente Popular, los jóvenes de Falange son asesinados por las calles por comandos de socialistas y comunistas, muchos de ellos miembros de la policía. Ya en marzo de 1936 ,en plena “paz” frente populista, el gobierno ordena el encarcelamiento masivo de los falangistas , metiendo en prisión sin juicio a más de dos millares. Casi todos son asesinados, entre ellos los tres que encabezaran en 1934 la manifestación de apoyo a la república. Julio Ruiz de Alda es asesinado en la cárcel Modelo, Ramiro Ledesma en la prisión de Ventas y José Antonio el penal de Alicante.

 

Saturno devora a sus hijos

En este capítulo solo citaremos, para no alargarnos, algunos ejemplos de los asesinatos entre “republicanos” de Extremadura, Andalucía y Castilla la Mancha.   Conocemos los casos, aunque no las causas de las muertes, de los hermanos Miguel y José Castilla Delgado y el hijo de este Augusto Castilla García, todos ellos fusilados por milicianos “republicanos” en San Roque, Cádiz, a pesar de ser izquierdistas los tres. En Huelva Antonio Seisdedos López, camarero, fue ejecutado por no haber secundado una huelga convocada por su sindicato, UGT, meses antes. En Fuente Cantos, entre muchas otras personas, las izquierdas asesinan a los miembros del Partido Radical Republicano Francisco Álvarez Rojas, jornalero, Manuel Macía Tomás, industrial, José María Manzano Marín, comerciante Andrés García Gómez, viajante, Luis Ibarra Pérez, labrador y Manuel Iglesias González. En Almendralejo entre los 28 vecinos asesinados se encuentran cuatro del Partido Radical Republicano y en Azuaga 14 radical republicanos son ejecutados junto a 26 de Acción Popular, 8 monárquicos, 10 falangistas ,7 frailes, 2 Agrarios y varios más de los que no conocemos datos. También en Siruela las milicias asesinan entre otros a tres radical-republicanos y a uno más en Huescar.

          Tres jóvenes comunistas, los hermanos Antonio y Eulalio López Cáceres, y Ernesto Ovia Rodríguez, de Lepe, son perseguidos por correligionarios suyos y asesinados en Cartaya, el 23 de julio de 1936. Parece que el motivo son disputas sobre los saqueos y destrucciones efectuadas en Lepe.

          En Niebla, por orden del diputado del PSOE González Peña, dirigente golpista en octubre del 34, los milicianos incendian las iglesias el 6 de marzo de 1936. El 25 de julio el obrero José Becerra García mata al alcalde socialista Francisco Moya Romero, ejecutor de los incendios antedichos, siendo acto seguido asesinado por los milicianos.

          En Santafé, entre los numerosos asesinados por la izquierda, figuran Manuel Bueno Villegas y Sebastián Medina Ruiz, ambos campesinos y socialistas. En Alhama de Granada es asesinado el socialista Antonio del Pino, zapatero En Cabezas de Buey, Badajoz, consta la ejecución por milicianos rojos de José Antonio Chavero Ortiz , izquierdista, de 42 años. Este fue uno de los 113 asesinados de este pueblo, siendo responsables el comisario político de la XVI brigada del Ejército Popular, Villarroel, comunista, los mandos de esa misma unidad republicana comandante Rodríguez y Anselmo Trejo y el gobernador civil Juan Casado. El alcalde socialista de Castril, Juan Grañero Liñán, protesta por los múltiples asesinatos que las fuerzas del Frente Popular realizaban en su pueblo. Por ello es acusado de “contrarrevolucionario” y muerto a tiros en la cañada de Rosa, el 2 de abril de 1937. En Estepona el también socialista Francisco Jiménez Flores es tiroteado y quemado aún vivo por los milicianos sin que sepamos la causa. Y el 8 de octubre miembros del PSOE asesinan inexplicablemente a Manuel Benítez Chacón, afiliado a la CNT.

 

Stalinismo sobre España,1ª guerra civil del Frente Popular.

En agosto de 1936 llega a España un nutrido grupo de generales soviéticos para dirigir a Ejército Popular. A la vez, y también por orden de Stalin, se ha desarrollado el Plan General de Operaciones de España y se han creado las Brigadas Internacionales. Aunque ya desde el mismo 18 de julio hay extranjeros luchando a favor del Frente Popular, estas brigadas son unidades de choque con numerosos y bien    armados, y pagados, efectivos que ayudaran al estalinismo en el dominio del poder en España. Nada mas instalar su base en Albacete, su jefe Marty organiza tres centros de tormento y ejecución, ubicados en la parroquia de la Concepción, el penal de Chinchilla y el campamento escuela de Pozo Rubio. Allí dirige, y a veces realiza en persona, torturas y asesinatos contra hombres, mujeres y niños considerados no frente-populistas, pero también contra sus propios hombres sospechosos de discrepar algo de Stalin. Marty reconoce, el 15 de noviembre de 1937, que hasta entonces se han realizado numerosos ejecuciones de brigadistas “aunque el mismo no ha ordenado más de quinientas”. El jefe de las Brigadas Internacionales es conocido por sus hombres como “el carnicero de Albacete”. El propio gobernador civil de esa provincia durante la guerra, el socialista Martínez Amurrio, manifiesta que la NKVD soviética en plena colaboración con Marty, utiliza la base de Albacete para eliminar comunistas supuestamente discrepantes con Stalin.

Antes de la guerra civil las juventudes socialistas, unidas a las comunistas en las Juventudes Unificadas, servían a la causa del estalinismo de la mano de su jefe, Santiago Carrillo Solares. Este, traicionado a su propio padre dirigente socialista, ingresa en el Partido Comunista secretamente, llegando a ser jefe de Orden Público en el Madrid , ordenando las masacres de presos políticos y de religión que allí ocurrieron. Hoy este torvo mensajero del crimen ha sido homenajeado por la alcaldesa de Madrid con una calle en la capital donde cometió sus masivos crímenes. En aquella fechas también se pasan al comunismo los socialistas catalanes, formando con ellos el también estalinista Partido Socialista Unificado de Cataluña.

 

 

          Desde el comienzo de la guerra el comunismo ha ido adquiriendo fuerza dentro del bando “republicano”. El que Stalin sea el gran abastecedor de material de guerra (numeroso y muy bueno),así como de militares soviéticos y apoyo diplomático, hace que el gobierno del Frente Popular obedezca sus órdenes. También la presencia de las Brigadas Internacionales, reclutadas por orden del dictador marxista, entre comunistas de todo el mundo más aventureros y mercenarios, que forman las fuerzas de choque del bando “republicano”, colabora en esa posición de fuerza del estalinismo. Todo ello hace del embajador soviético Rosemberg, del cónsul general Antonov-Ovsenko y de Orlov, jefe de la NKVD en España, auténticos virreyes del “padrecito” Joseff.

          Desde el comienzo del conflicto de esta desarrollando una guerra sucia dentro del bando republicano.”Los anarquistas y los social-comunistas se matan entre sí con regularidad, uno o dos al día (…) Cientos de izquierdistas moderados eran ejecutados bajo la acusación de sabotajes y actividades contrarrevolucionarias” escribe el reportero Edward Kroblanch a su agencia Associated Press. En noviembre de 1936 entra en Valencia la “Columna de Hierro” anarquista que es combatida duramente por la llamada “Guardia Popular Antifascista”, formada por socialistas y comunistas. La batalla deja 148 muertos entre ambos bandos.

          Los choques también menudeaban en las trincheras. El capitán Francisco Montes de la 70 Brigada del Ejército Popular, que acude a reforzar el frente, nada más ver al comisario político de un batallón de la CNT que arenga a los hombres de su unidad, lo asesina por la espalda.

          Cuando Stalin ordena eliminar a los trotskistas y anarquistas el Director General de Seguridad de la II República, teniente coronel Ortega, procede a ellos sin demora. La prensa comunista, socialista y gubernamental lanza una campaña de difamación contra el Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM) y la Confederación Nacional de Trabajadores (CNT), comunista no estalinista el primero, y anarcosindicalista la segunda. El 27 de abril, tras asesinato el 25 del dirigente del comunista Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC,) Roldán Cortada, la policía de la Generalidad, junto con milicianos comunistas, socialistas e independentistas, arrestan numerosos anarquistas en Molins de Llobregat, asesinando al dirigente Ambrosio Martín y dos acompañantes. Simultáneamente guardias de Asalto atacan las aduanas, controladas desde el inicio de la guerra por la CNT. Logran ocuparlas hacia las tres de la tarde del día tres de mayo, matando ocho anarquistas en la lucha.

          También guardias de Asalto, enviados por el Comisario de Orden Público de la Generalidad Catalana, Rodríguez Salas del PSUC, a orden de Ayguadé, Consejero de Seguridad, atacan por sorpresa el edificio de telefónica de Barcelona, controlado desde el alzamiento por la CNT. Inmediatamente los tiroteos se extienden por toda la ciudad, terminando este día con más de una decena de muertos y numerosos heridos. Las negociaciones, que a iniciativa de la CNT, mantienen estos con Companys,no fructifican al negarse este a cesar a su consejero Ayguadé.

          El día cuatro de mayo el consejo de ministros cesa al general Aranguren como jefe de la IV División Orgánica. Así mismo Companys aplaude que los servicios de Orden Público de su gobierno pasen al gobierno   central, pues así las fuerzas que pueden atacar a sus enemigos de la CNT y el POUN son más poderosas. El problema es que el presidente de la república no puede firmar los decretos, por encontrarse en Barcelona, sin poder salir de su delegación por los intensos combates.”Que yo me traslade a Valencia es un buen pensamiento, pero absolutamente irrealizable, porque es imposible traspasar las verjas del parque de mí residencia, en todo cuyo contorno se hace fuego de ametralladora, fusil y bombas. Así estoy desde el lunes por la tarde” dice un Azaña asustado. Ese día hay treinta muertos en enfrentamientos en Vic y otros tantos en Tortosa, donde muere el alférez de la Guardia Civil José Senaro.

          Mientras tanto en la batalla que se libra en Barcelona mueren ,entre otros muchos, el nuevo Consejero de Defensa, el socialista Antonio Sesé, el anarquista Domingo Ascaso, hermano del jefe del Consejo de Aragón, y el dirigente comunista Karl Romosek. Las juventudes libertarias baten con un cañón de 7,5 a la Guardia Nacional Republicana, refugiada en un cine, haciéndole muchas bajas.

El coronel Antonio Escobar Huerta, nuevo jefe de la IV división, es herido y sustituido por el teniente coronel Arrondo. También el comandante Emilio Escobar Aldanondo, que no es pariente del anterior pero si correligionario, sufrirá un atentado que le causará la muerte .En Tarragona fuerzas del Estat Catalá(EC), Esquerra Republicana de Cataluña (E.R.C) y PSUC toman la sede de las Juventudes Libertarias tras un duro enfrentamiento, con muchas bajas por ambas partes.

          El gobierno envía una fuerte columna, desde Valencia, que va sometiendo expeditivamente las resistencias que encuentra a su paso, a pesar de la voladura de varios puentes en Tarragona. Mientras anarquistas y trotskistas del frente aragonés pertenecientes a las divisiones Lenin, Durruti y Ascaso avanzan hacia Barcelona. Tras la intervención de dirigentes anarquistas y las amenazas de bombardeo, por parte de los aviones del coronel comunista García Reyes que sobrevuela las columnas, solo los trotskistas continúan hacia la ciudad condal.

          El día 6 llegan a Barcelona dos barcos de guerra, mientras los jefes cenetistas desautorizan a las juventudes de la Federación Anarquista Ibérica y del Partido Obrero de Unificación Marxista, así como al grupo “Los amigos de Durruti”, las tres organizaciones que con más vigor combaten a la alianza de marxistas e independentistas. En Tarragona milicianos de Estat Catalá, ERC y PSUC toman la sede de las Juventudes Libertarias con muchas bajas por ambas partes. El 7, al finalizar la tarde, entra en Barcelona una columna de 150 camiones con 5.000 guardias de Asalto, de Seguridad y de Carabineros que van ocupando la ciudad entre algunos tiroteos. El 8 por la mañana la “rebelión” ha terminado. Los datos oficiales hablan de quinientos muertos y un millar de heridos, pero son sin duda cifras muy rebajadas.

          La batalla ha terminado pero comienza la represión. Las fuerzas del gobierno, carabineros, policías y guardias de Asalto, junto con milicianos independentistas y comunistas, desarman al POUM y a los libertarios realizando numerosas detenciones. Ese mismo día 8 aparecen los cadáveres de doce jóvenes anarquistas, terriblemente mutilados, en el cementerio de Cerdañola. Parece que los ojos y la lengua les habían sido arrancados en la sede comunista de La Pedrera, antes de ejecutarlos. Detenidos por la policía y entregados por esta a la NKVD soviética, comienzan a aparecer los cadáveres torturados de los trotskistas como Kartl Landan, Erwin Wolf, Hans Freud, Camilo Bernieri , Francesco Barbieri etc.

          Armando Ferrari y Enrique Lorenzo de Pertini eran dos veinteañeros italianos que combatían en España junto a sus correligionarios anarquistas. Fueron detenidos esos días en el centro de Barcelona por los Mossos de Escuadra y fusilados de inmediato por la guardia personal de Companys, formada por pistoleros de Estat Catalá.

          George Orwell analiza así los días posteriores a los combates “Durante las últimas semanas en Barcelona observé que allí flotaba una desagradable atmósfera de sospecha, temor, incertidumbre y odio velado. Los comunistas conquistaron definitivamente el poder; el orden interno estaba en manos de ministros comunistas y nadie dudaba que aplastarían a sus rivales políticos. Gracias a la censura periodística circulaban los rumores más siniestros. Los espías de la policía estaban en todas partes .Las cárceles continuaban llenas de reclusos y seguían entrando en ellas anarquistas y miembros del P.O.U.M. (…) Bandas armadas de Guardias de Asalto recorrían las calles. Había puestos de guardias o carabineros donde se detenía a los transeúntes (…) Haber pertenecido a la milicia del POUM era ciertamente peligroso” dice el genial escritor inglés que, ante lo que ve, se desengaña con el comunismo al que denunciará en su “Rebelión en la Granja”.

           Largo Caballero dimite zancadilleado por los comunistas, sucediéndole en la presidencia del gobierno Negrín. Este, que parece un moderado a lado de su antecesor, apodado el “Lenin Español”, es sin embargo apoyado por los pro-soviéticos, porque es mucho mas servil hacia la URSS, que será quién realmente gobierne. Así uno de los primeros actos de su mandato, el 16 de junio, es ilegalizar el POUM, algo que reclamaban los estalinistas a Largo Caballero sin éxito. Ese mismo día son detenidos por la policía gubernamental, entre muchos otros, el diputado y jefe del POUM, Andrés Nin, y el director del órgano de prensa de dicho partido “Gorkin”. El Director General de Seguridad de la República, el estalinista Ortega entrega a Nin a la NKVD soviética que lo traslada a su centro secreto de detención en Alcalá de Henares[1][1].Allí muere el dirigente del POUM entre atroces torturas que incluyeron el desollamiento.

También es detenido por la policía gubernamental Alfredo Martínez, secretario general de las Juventudes Libertarias de Cataluña, y también aparece su cadáver con signos de brutales tormentos.

          Mientras tanto, los miembros del POUM Julio Beca, Jaime Trapat y Juan Hervás, que combaten en la 142 Brigada, son llamados al cuartel general de Eduardo Barceló. Desaparecieron para siempre y, curiosamente, no los buscan las bien pagadas cuadrillas de la “Memoria Histórica”. La mujer del último de estos tres asesinados fue encarcelada hasta que con la victoria la liberaron los Nacionales.

          Después de estos hechos, Enrique Lister con su 11 división comunista, apoyada por la 30 “Maciá-Companys” de los independentistas de ERC, entra en Caspe aplasta a sangre y fuego el Comité de Aragón que, dominado por los anarquistas, había colectivizado la zona aragonesa ocupada por el Frente Popular.

 

Segunda guerra civil izquierdista

El 7 de febrero la 2ª brigada mixta del EPR se subleva en la isla de Menorca contra el gobierno “republicano”. Tiene éxito rápidamente en Ciudadela y Ferrerías, pero son atacados en Mercadal por la 1ª brigada mandada por Juan Palou. Este contraataque izquierdista es desbaratado al desembarcar, el día 9, la 105 división “nacional”, al mando de López Bravo, a quien se rinde la isla.

El 5 de marzo de 1939 desde el ministerio de Hacienda el coronel del Ejército Popular Segismundo Casado denuncia al gobierno Negrín como ilegítimo, y proclama la creación del Consejo Nacional de Defensa. Junto con el socialista Besteiro y el general Toribio Martínez de Cabrera, gobernador militar de Madrid, decide que el presidente sea el ausente general Miaja. A las ocho de la tarde Casado y Besteiro, junto con el jefe del IV cuerpo de ejército, el anarquista Cipriano Mera, se dirigen por radio a la población. En el mensaje anuncian que quieren buscar un armisticio con el bando Nacional.

Inmediatamente el estalinista general Barceló, al frente del I Cuerpo, se proclama jefe de todo el Ejército Centro. A él se suma el II cuerpo de Ascanio, junto con todos los comunistas. Por orden de estos la división 8ª se apodera de Colón y Cibeles, la 42 Brigada Mixta lo hace de los Nuevos Ministerios mientras la división 300 y la base de carros se sublevan contra Casado en Alcalá de Henares. Después ocupan Torrejón, donde se les une la V Brigada de Carabineros.

Tras ocupar la Alameda de Osuna entran en Madrid el día 7 y, junto con los comunistas sublevados en la capital, dominan la ciudad. Allí fusilan a los militares partidarios del Consejo Nacional de Defensa que capturan, como los comandantes Arnaldo Fernández Urbano y José Pérez Gazzolo y el alférez Benito Albite Veiga, entre otros. Casado, rodeado entre Ópera, Cibeles y Antón Martín, ordena que los aviones del aeródromo de Albacete bombardeen a las fuerzas enemigas y que fuerzas de los frentes acudan a apoyar el Consejo Nacional, mientras el ejército de Cipriano Mera combate para liberarlo. Entre tanto el general Leopoldo Menéndez consigue evitar que los comunistas se apoderen de Valencia. Para diferenciarse de sus enemigos, que lucen sobre el uniforme la misma estrella roja de cinco puntas soviética, las tropas del Consejo portan un brazalete blanco conocido jocosamente por los madrileños como “El anillo de Casado”.

          El día 12 los comunistas reciben orden de la URSS de cesar la lucha. La Unión Soviética está a punto de firmar el pacto con Alemania para la invasión de Polonia y ya no interesa la guerra en España. El coronel Ortega y el general Barceló se rinden, siendo fusilados junto con el comisario Conesa, por orden de Casado.

          Durante los últimos años, al albur de las subvenciones de la Ley de Memoria Histórica, se han estado apuntando todos estos muertos a manos del bando “republicano” como víctimas del bando “nacional”, para intentar aumentar las cifras de le represión de unos y bajar la de otros. Por poner solo un ejemplo, la Universidad de Extremadura dedicó 833.000 € para la realización de unas trabajo sobre la represión en esa región. En su afán de que el estudio diera los números que querían ofrecer y no los reales, incluyeron a varias personas muertas en estas luchas entre el propio bando “republicano” como muertos por los “nacionales”. Así hicieron con Antonio Zoido Díaz, de Jerez de los Caballeros, y Francisco Márquez Ramos, de Oliva de la Frontera, que habían caído en los combates de Madrid entre casadistas y negrinistas. También intentaron colar como víctimas de la represión nacional al Alférez Provisional Luis Torralba Escudero, su compañero de vuelo, y los vecinos fallecidos de la casa contra la que chocaron en fatal accidente aéreo. Regresaban con su avión tocado por disparos enemigos tras una misión sobre zona roja cuando cayeron sobre una vivienda del Badajoz nacional. Tras la protesta de la familia, a la que además los “republicanos” habían asesinado un miembro en Bilbao (José María Molina Gastaca, farmacéutico, fue asesinado en el muelle del puerto de Las Arenas y arrojado al mar. Su cadáver nunca apareció) e intentado hacer lo mismo con otros dos en Madrid (Eladio Torralba Escudero, de las Juventudes de Acción Católica, fue salvado por el embajador suizo y Eduardo Torralba Medina por los vecinos), retiraron esos nombre del carísimo trabajo pero mantuvieron otros dos millares de nombres muertos por causas totalmente ajenas a las tropas Nacionales.

         

El ocaso de los generales soviéticos.

         Varios son los generales del Ejército Rojo de la URSS que vienen a España a dirigir al Ejército Popular. Dos de ellos, Malinovski y Konstantinovitch “Zukov” llegarán a las más altas jerarquías a su vuelta a la URSS. Un tercero, Matei Zalka “Lukacs” muere en un ataque nacional cuando iba a ser detenido por el NKVD por orden de Stalin. Los generales Ion Antonovich Berzin “Goriev” ,auténtico jefe del Ejército Norte aunque el nominal fuera el general Gamir Uribarri, Karol Sulrceski “Walter” jefe de la 14 Brigada Internacional, D.G.Pablov jefe de los carros de combate ,Smuschévich, jefe de la aviación soviética en Madrid y supervisor del ministro del aire “republicano“, Hans Kleber, Ian K. Berzin Gal y Copic, así como el cónsul general en España Antonov-Ovseénko, el propagandista Mikhail Kolstov y el todo poderoso delgado Stashevsky, así como los embajadores Rosenberg y Gaikis, son fusilados a su regreso a la URSS en las diferentes “purgas” soviéticas.

 

La guerra entre la izquierda continua en el exilio.

En el exilio continúa la guerra entre los frente populistas. En 1944 muere asesinado por comunistas Pere Canals. Poco después el miembro del PSUC Llident Estartes “desaparece”, y aún en el año 1948 el general Llano de la Encomienda es herido en Méjico en un atentado de otro exiliado.

          La consecuencia de todos aquellos desmanes es la conversión de numerosos comunistas en furiosos adversarios de esa ideología. Muchos de ellos escribirán duros alegatos contra lo que antes defendieron. Así ocurre con los escritores Georges Orvell, y Arthur Kloetler, el ex comisario político de la Gustav Regler , el ex ministro Jesús Hernández o los generales Krivitsky, Valentín González “el campesino” y Enrique Castro Delgado. Este último creador y jefe del comunista 5º regimiento termina incorporándose en los años 50 a la España de Franco, como también hace Jesús Monzón, dirigente comunista del maquis.

 

 



[1]Estuvo detenido en el palacio del general Ignacio Hidalgo de Cisneros y López de Montenegro y Constancia de la Mora Maura, aristócratas militantes de PC como J.Faraundo Mincheo. También la segunda mayor terrateniente inglesa, la duquesa Atoll apoyó al Frente Popular. Otros comunistas latifundistas fueron Jesús Aguirre, marido de la duquesa de Alba, o la duquesa de Medina Sidonia, segunda mayor terrateniente española.

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