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Pedagogía en la catequesis de principios del siglo XX.

 

María del Carmen Gómez Gómez.

Doctora en Pedagogía por la Universidad Pontificia de Salamanca. Profesora de Teoría e Historia de la Educación en la Escuela Universitaria de Magisterio Fray Luis de León. Valladolid (España).

 

Resumen: En este trabajo vamos a realizar un breve recorrido por la pedagogía en la catequesis del siglo XX. Veremos los métodos, los recursos y nos detendremos en algunos de los  personajes más relevantes en materia de catequesis de la primera mitad de siglo, ya que fueron los que pusieron unas bases que continuarían incluso después del Concilio Vaticano II.

Palabras clave: Eucaristía, catequesis, pedagogía.

Abstract: In this paper we will make a brief tour of pedagogy in the catechesis of the twentieth century . We see the methods , resources and stop in some of the most important figures in the field of catechesis in the first half of the century , as were those who put a foundation that would continue even after the II Vatican Council.

Keywords: Eucharist, catechesis, pedagogy.

 

La catequesis.

 “La catequesis es una educación en la fe de los niños, de los jóvenes y adultos, que comprende especialmente una enseñanza de la doctrina cristiana, dada generalmente de modo orgánico y sistemático con miras a iniciarlos en la plenitud de la vida cristiana” (cc.5)

Es por lo tanto, la catequesis, un proceso de formación que tiene un programa o plan periódico y que capacita para entender, vivir, celebrar y anunciar el evangelio. Es un periodo que comprende un principio y un final; de esta manera hay distintas catequesis acordes con distintas etapas de la vida.

El Catecismo de la Iglesia Católica  (1992) hace referencia sobre la catequesis a la exhortación apostólica Catechesi Tradendae  de SS. Juan Pablo II (1979) que habla de la gran importancia de la catequesis en la Iglesia:

“La catequesis ha sido siempre considerada por la Iglesia como una de sus tareas primordiales, ya que Cristo resucitado, antes de volver al Padre, dio a los Apóstoles esta última consigna: hacer discípulos a todas las gentes, enseñándoles a observar todo lo que él había mandado.”

 

Renovación en los métodos en la catequesis.

A principios del siglo XX en España existe un movimiento de renovación pedagógica en la catequesis, fundamentada en las aportaciones de los congresos catequéticos celebrados desde 1903 en Salzburgo, Viena y Munich. En España el primer congreso catequístico fue en Valladolid en 1913, al que luego le siguieron otro en Granada en 1926 y en Zaragoza el año1930.

Los métodos pedagógicos que se están utilizando en la catequesis son los que siguen las aportaciones de Herbart y Ziller con la didáctica de los grados. Esta metodología consiste en hacer una presentación del tema, luego una la explicación y por último buscar la parte práctica, es decir, la aplicación a la vida. Las nuevas aportaciones pedagógicas de la escuela activa del americano Dewey y del alemán Kerschensteiner llegan a las mismas conclusiones que el método de Munich, afirmando que lo que mejor se aprende, es lo que se hace (learning by doing). A partir de estas investigaciones se deduce que la catequesis debe incorporar a su pedagogía actividades, hacerla más activa e implicar al niño en el proceso de adquirir conocimientos, pero esto tardará un largo tiempo en ser realidad.

El llamado método de Munich consiste básicamente en seguir una secuencia de cuatro pasos que son: presentación, exposición, aplicación y actividad; busca la enseñanza activa y participativa. La catequesis tiene como finalidad una formación para la vida por lo tanto era esencial que se llevara a cabo en un ambiente de confianza, de cercanía y fraternidad por medio de juegos, fiestas, etc., que fueran dando pasos hacia las obras caritativas y la educación moral y religiosa. Las sesiones tienen que ser momentos placenteros en los que los niños aprendieran de manera activa y lúdica; para ello hace uso del canto, del juego, de la expresión corporal, de la poesía.

Los recursos más frecuentes son a principios del siglo XX y hasta el Concilio Vaticano II los catecismos y los más utilizados en España son los de los jesuitas Jerónimo Ripalda y Gaspar de Astete, publicados en 1586 y 1576 respectivamente. De estos dos catecismos el de Astete  es el más popular, este sufre modificaciones a lo largo del tiempo incluyéndole imágenes para ayudar a la comprensión de la doctrina y se realizan adaptaciones en las distintas diócesis o zonas.

Otros recursos son las láminas,  estas se presentaron en el Primar congreso Catequístico Nacional Español celebrado en Valladolid los días 26 -29 de junio de 1913; son cuadros murales de enseñanza básica del catecismo de la doctrina cristiana. Los más populares son los realizados en serie, por don José Vilamala que los utilizan parroquias de todo el territorio. (Ramos, 2011).

También se hace uso en algunos grupos de catequesis de estandartes, estos se elaboran manualmente y no en serie como las láminas; por lo que es más costoso, pero los diseños son personalizados y pueden cumplir las funciones concretas que el catequista desee. Un ejemplo de estos estandartes lo encontramos en el catecismo de La Grande Obra de Atocha que tiene una colección de 175 de los cuales están dedicados a la Eucaristía 59, a María 89 y a otros temas 26. Los que tienen representaciones eucarísticas muestran pasajes del Antiguo Testamento y los marianos hacen un recorrido desde la mujer en el Antiguo Testamento hasta María en el Evangelio.

 

Catequesis postconciliar.

El Concilio Vaticano II no se ocupó directamente de la catequesis, aunque si se preocupó de muchos asuntos que tenían que ver con la catequesis. En España pronto se comienza a trabajar con la mentalidad conciliar, se empezaron a difundir nuevos criterios catequéticos; tres años después del Concilio aparecen los Catecismo Escolares que tenían como objetivo servir para la catequesis en la escuela. Estos catecismos se dividen en cinco volúmenes que se corresponden con los cursos escolares de primaria, son además también presentados como material para la catequesis parroquial.

Esta renovación catequética dio como resultado que en 1971 se publicara la versión latina del Directorio General Catequético, que dos años más tarde aparecería en español; en 1977 se celebro el Sínodo sobre la catequesis que incidió directamente en los cursillos y lo mismo sucedió con la aparición de la exhortación apostólica Catechesi Tradendae, fechada a 16 de octubre de 1979. La renovación catequética que comenzaba con el Concilio Vaticano II ahora empezaba a tener carácter oficial.

La catequesis postconciliar amplia la dimensión comunitaria más allá de la parroquia, es una catequesis de apertura social. Así un fragmento de Catechesi Tradendae dice:

“Cuanto más capaz sea, a escala local o universal de dar prioridad a la catequesis tanto más la Iglesia encontrará en la catequesis una consolidación de su vida interna como comunidad de creyentes y de su actividad externa como misionera”.

Se imparte la catequesis apoyándose en la celebración de los sacramentos de iniciación cristiana y de manera continuada desde la infantica hasta la juventud. Los catequistas tienen planes de formación y escuelas especiales para formarse y en las diócesis existen delegaciones o secretariados de catequesis

Después del Concilio Vaticano II, en materia de catequesis se utiliza fundamentalmente el catecismo escolar. A medida que pasa el tiempo los recursos van siendo superiores, motivado esto por los avances tecnológico y la mejora de la calidad de los libros con más ilustraciones y color. También los libros comienzan a tener actividades para trabajar los contenidos y que sean los niños los que activamente aprendan.

 

Personajes relevantes.

En el siglo XX en España hemos tenido grandes aportaciones a la catequesis y aunque son mucho los responsables de estos avances, vamos a hacer referencia a algunos de ellos, no porque sean los más importantes ya que todos los implicados lo son, sino por la transcendencia de sus organizaciones o actuaciones.

Daniel Llorente Federico, (1883-1971) fue capellán del colegio de los Nuestra Señora de Lourdes de Valladolid, ecónomo de san Miguel, canónigo de la catedral de la misma ciudad y profesor de pedagogía catequística en la Universidad Pontificia Vallisoletana. Luego en Burgos sería obispo auxiliar (1942) y en Segovia residencial (1944). En 1928 publica “Tratado elemental de pedagogía Catequística”.

Manuel González García, (1877 – 1940) obispo de Málaga y fundador de las Escuelas del Sagrado Corazón en Huelva para atender a niños pobres. Conocido como “Obispo del Sagrario Abandonado” fue beatificado en Roma el 29 de abril de 2001 por san Juan Pablo II.

Baltasar Pardal Vidal, (1886 – 1963) fundador de La Grande Obra de Atocha en La Coruña y moderador del catecismo de la Archidiócesis de Santiago. En el III congreso Catequístico Nacional celebrado en Zaragoza en 1930, obtuvo el premio de honor por su modelo de organización. Nos dejó un folleto titulado “El A-Z de la catequista”, en el que aparecen unas normas prácticas para el trabajo de las catequistas, publicado en 1933 en la revista dirigida por Daniel Llorente “Revista Catequística”.

“ El A-Z de la catequista:

a)                      Nunca llegar tarde, sino un cuarto de hora antes de la señalada…

b)                      Nunca sin hacer antes oración y si es factible la visita al santísimo y si la ven los niños, mejor…

c)                      Nunca olvidarse del lápiz, lista, vales, etc.

d)                      Si tiene sección fija, nunca omita el visitar antes el local de su sección, para ver si está todo en orden; bancos, sillas, etc.

e)                      Nunca presentarse con cara y corazón de “no quiero” o “no me gusta”:ni con cara de tristeza o preocupación, sino alegre y contenta…

f)                        Nunca perezosa, sino diligente; ni para verse y comunicarse con las amigas u otras personas, ni con la cabeza llena de ilusiones de una diversión que la espera después de la catequesis…

g)                      Nunca con “ánimo” de llenar la hora, de cumplir el expediente, de ser deferente a la invitación de alguien a quien aprecia, a quien hay que corresponder por algún motivo de amistad, favor o simpatía, etc.

h)                      Nunca mirando con indiferencia a los niños, al encontrarlos en la calle, en el patio, en la entrada del catecismo…

i)                        Nunca dando preferencias o mostrando excesivo interés por hablar y formar corrillos con las compañeras, ocupando parte del tiempo en comentarios de dentro o fuera del catecismo…

j)                        Nunca hablando en la iglesia, especialmente durante la explicación general.

k)                      Ítem… en la sacristía o en la entrada de la iglesia, mientras los niños juegan solos, y la encargada tiene que mandar recaditos para que vaya a recoger la carpeta, o para atender a los niños cuando forman a la entrada del catecismo.

l)                        Nunca sembrar cizaña en el campo del catecismo, criticando a las disposiciones del director o de personas encargadas del orden y la organización, ni menos hacer estos con los niños o niñas o con otras catequistas, sobre todo cuando los niños pueden darse cuenta; pues estos discurren y saben sacar terribles consecuencias de lo que ven y oyen, y un ejemplo vale para ellos más que cien palabras…

ll)   y lo que es más grave todavía, nunca escandalizando o desedificando con inmodestias en el vestir, andar, hablar, etc… no solamente en la iglesia y a la hora del catecismo sino también en la calle; pues siempre los niños reconocerán a su catequista y mirarán en ella el espejo de cuanto se les dice y enseña en el catecismo…

m)                    No escribir notas o escribir en la lista de su sección, aunque el niño o niña diga y afirme y aun la misma catequista esté convencida de que pertenece a aquella sección… para esto está la secretaria con el personal suficiente para todo, única encargada de hacer los correspondientes asientos en las listas, conforme con el reglamento general…

n)                      No poner las faltas fuera de la casilla correspondiente ni en otra forma que la indicada, pues no hay cosa más difícil que la uniformidad en las cosas fáciles, que por ser sencillas no reparamos en ellas…

ñ)  Nunca abandonar su sección para ir a la secretaría a preguntar por algún niño o niña…

o)  ni memos para hablar con la catequista de al lado, aunque sea para cosas del catecismo, y nada se diga si fuesen cosas ajenas a él…

p) no permitir que continúe en su sección el niño o niña que no esté en la lista, sino separarlo del grupo hasta que lo recoja la encargada de secretaría, para inscribirlo o llevarlo a la sección que le pertenece, si estuviese matriculado…

q) nunca dar permisos particulares en la sección…

r) no permitir que los niños se coloquen en la sección a su antojo, ni cuando ellos quieran, atropellándose y empujándose… sino por orden de lista; aunque puede la  catequista señalar puestos para estímulo o colocarlos de modo que crea más conveniente para el orden, pero esto “ella” y no ellos…

s) ni reprender con aspereza, ni tampoco por falta de entereza dejar a los niños que hagan lo que quieran en la sección, durante la misa, en el desfile, etc.

t) nunca vaya al catecismo sin preparar debidamente la lección…

u) no gritar demasiado al preguntar…

v) no recargar con preguntas, ni que éstas sean tan elevadas que estén sobre el alcance de ellos…

x) no pretender que los niños sean antes “santos” que “cristianos”; en el catecismo es el Director quien dará la nota y normas de devociones y prácticas piadosas…

y) en todo tiempo, especialmente al despedirse de sus niños que estos no vean en su catequistas el disgusto de aquellos que al lado de Jesús se sentían molestos por los niños, sino que vean en ella un reflejo del mismo Jesús, que decía :”dejad que los niños se acerquen a mi”..

z) y nunca se despida del catecismo sin antes presentar de nuevo los niños a Jesús, para que los guarde por la semana y que vuelvan contentos el domingo siguiente.

Y ahora se acabaron las letras y señalaremos con signos

¡!) cuidado con las preferencias inmerecidas, aficionándose sensiblemente a los niños con exceso, mostrándose demasiado melosa… o con ternezas exageradas… y por esto mismo no permita que el niño o niña continúe en la sección más tiempo del debido, después de conocer lo que allí se le enseña; y esto disguste tanto a la catequista como al niño.

Todo se alcanza con CELO, PIEDAD Y PERSEVERANCIA.” (PARDAL: 1933)

 

Juan Tusquets Terrats, (1901-2000) fue sacerdote diocesano de Barcelona y director de formación catequística; Autor de: “Ramón Llull, pedagogo de la cristiandad” 1954, “Teoría y práctica de la pedagogía comparada” 1969, “Pedagogía de la problematicidad” 1972, “Teoría de la educación” 1972.

Cosme Damián Bilbao Ugarriza, (1878-1951), sacerdote de la diócesis de Madrid, delegado de la enseñanza privada para la diócesis;  autor de: “Didáctica catequística” 1928, “Pláticas sobre el cielo” 1922, “Pláticas sobre la misa” 1924, “Devoción infantil graduada” 1920, “Pedagogía catequística en acción” 1930, “Cuestionario de doctrina cristiana” 1916, “El catequista del Primer Grado” 1929, “Catecismo con ejemplos, narraciones, explicaciones, poesías” 1918, “Tratado completo o curso superior de religión” 1920, “Meditaciones infantiles mensuales acomodadas a personas mayores” 1932, “Catecismo para niños de poca disposición o atrasados” 1916, “Manual de instrucción religiosa con un apéndice de pedagogía” 1921, “El catequista de la primera comunión…” 1929, “Catequesis rudimentarias para usarlas en las parroquias” 1932.

Jesús González López de la Calle, (1898-1979) director de catequesis de San Nicolás de Bari en Bilbao y cofundador de la Agrupación Sacerdotal Catequística de Estudios y Acción (ASCEA).

 

Conclusiones

Desde el comienzo de la catequesis, que podríamos situarla en el siglo I, el fundamento esencial siempre ha sido el mismo, la transmisión de la fe. A medida que se ha avanzado los métodos han cambiado y se han ido ajustando a los  tiempos, unas veces con más esfuerzo que en otras. En el siglo XX se ha pasado de enseñar o aprender catequesis por medio de la memorización a hacerlo de manera más significativa por medio de juegos, salidas, imágenes, etc. que ayudan al niño a retener mejor lo aprendido.  Podemos concluir que los caminos han sido diferentes pero la meta es la misma a lo largo del tiempo y es de justicia reconocer los esfuerzos realizados en la primera mitad de siglo en favor de la catequesis, época que por sus carencias tanto económicas como tecnológicas buscó la manera de llevar la catequesis de manera cercana y festiva.

 

Bibliografía.

Agustinovich, Agustín: Un cura, evangelio viviente, Don Baltasar Pardal, Santiago de Compostela, 2006.

Gomez, M.C; Escudero, J; Iglesias M.T.: “Influencias pedagógicas de Andrés Manjón en Baltasar Pardal” en  Cabás: Revista del Centro de Recursos, Interpretación y Estudios en materia educativa (CRIEME) de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Cantabria (España), [en línea], 15, 131-144. Recuperado de http://revista.muesca.es/index.php/articulos15/363-influencias-manjon

Huebsch, Bill: La catequesis de toda la comunidad, Santander, 2006.

Laboa, Juan María: El postconcilio en España, Madrid, 1988.

López, Jesús Andrés: El movimiento catequético español (1930 – 1962), Santiago de Compostela, 2003.

Ramos, José: En el tiempo de los cenáculos, Salamanca, 2011.

Resines, Luis: La Catequesis en España, Madrid, 1997.

Seoane, Teresa: Un gran catequista Don Baltasar, Santiago de Compostela, 1996.

 

 

 

 

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